¿ABORTIVA?
Si tomásemos el inicio de la vida como la unión de las membranas plasmáticas del oocito y del espermatozoide o bien como la unión de sendos pronúcleos (fecundación), puede decirse empíricamente que la píldora del día después (PDD) no es ni interceptiva ni abortiva.
Aquí no hay percepciones de semántica, como arguyen los detractores, pues nos ajustamos a lo que ellos definen como inicio de la vida humana -sin perjuicio de esta definición ni de otras- y nos basamos en esto para afirmar, categóricamente, que no hay pruebas que demuestren su efecto abortivo. Así, también, es a estas alturas irrisorio todo tipo de confusiones o desvirtuaciones del concepto “anticoncepción de emergencia”, ligándolo con caracteres abortivos de cualquier tipo, causando turbación con acusaciones absurdas.
El levonorgestrel (LNG), la progestina que se usa como compuesto activo y del cual está constituida en esencia la PDD, no impide la implantación de un cigoto (huevo fecundado) o nueva vida en el endometrio. Los estudios arrojan datos sobre una nula incidencia del LNG sobre el endometrio: fueron analizados parámetros morfométricos, morfológicos y moleculares de biopsias del epitelio del endometrio, y estos muestran que no hay diferencias entre los ciclos control y los ciclos tratados de las mismas mujeres. No hay efectos sobre la morfología del endometrio ni en la expresión de los receptores de progesterona [1]. Por otro lado, estudios sobre la mona del nuevo mundo (Cebus Apella, una mona menstruante) demuestran que en etapas peri-ovulatorias o post-ovulatorias el LNG no presenta efectos pues se obtiene el mismo número de embarazos en las monas tratadas y en las monas control [2]. De aquí -y de todo el resto de literatura científica seria al respecto- se desprende que el LNG -y por tanto la PDD- no impide ni inhibe la implantación del cigoto en el endometrio, descartándose el supuesto “carácter abortivo” con el cual se pretende disfrazar a la píldora.
Este “disfraz” se debe en parte a estadísticas que demuestran eficacia del LNG en los días cuarto y quinto post-coitales cercanas al 62% [3]. Infieren ellos que este grado de eficacia no puede ser sólo explicado por la simple inhibición de la ovulación; infieren, luego, que estos resultados son únicamente explicables por un supuesto “efecto abortivo” del LNG, y esta especulación la transforman en su estandarte de batalla, siendo que no cuentan con pruebas de directa relación, sino que sólo se debe a deducciones forzadas: en esto se revela una disparidad en el nivel de la información entregada y sostenida, se revela el intento de desviar el debate hacia puntos establecidos sólo por pareceres, creencias y conclusiones insostenibles, pues no toman en cuenta que éste no es el único método de prevención de la fecundación que ejerce la PDD, pues también altera el transporte de espermios a través de las trompas y de la cavidad uterina, y aumentando el pH del ambiente genital, lo que les imposibilita el movimiento, bajando así la tasa de embarazos y desligándola también de concatenaciones ilógicas.
Estas deducciones infundadas no son útiles para el debate, y además confunden a una parte de la sociedad que voluntariamente se enceguece en pos de religiones, ideologías o simplemente la mantención del estatus social para sacar provecho de la generalizada ignorancia. Es indignante ver la forma en la cual se miente y cómo no toman conciencia de una realidad tan grave como son las altas tasas de embarazos adolescentes, sobre todo en ciertos estratos socioeconómicos -los más pobres-, de los cuales esta misma gente se proclama protectora o defensora.
En síntesis, la píldora NO es abortiva, ya que inhibe la liberación del oocito y altera la motilidad de los espermatozoides, impidiendo la fecundación; y porque no altera la capacidad del endometrio para albergar un cigoto en el caso de que la fecundación haya tenido lugar a pesar de la ingesta de LNG.
[1] A. Palomino y colaboradores; “Efectos de Levonorgestrel como Anticoncepción de Emergencia sobre Receptores de Endometrio durante la Ventana de Implantación”; Resúmenes de la XVIII Reunión de la Asociación Latinoamericana de Investigadores en reproducción humana; Varadero, Cuba; mayo de 2003. L. Marions y cols.; “Emergency contraception with mifepristone and levonorgestrel: mechanism of action”; Obstet Gynecol; 2002; 100: 65-71.
[2] M. Ortiz, H. Croxatto y cols.; “Post-coital administration of levonorgestrel does not interfere with post-fertilization events in the new-world monkey Cebus Apella”; Human Reproduction.
[3] Comisión de Bioética de la Conferencia Episcopal de Chile; junio de 2004.
Escrito por:
Rodrigo Cerda Thomas
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