Por lo que he podido constatar con mi
lector de noticias, el tema de la anticoncepción hormonal de emergencia está muy vigente en nuestro vecino Perú. Allá, al igual como ocurre en Chile, el debate está en ebullición, y la jerarquía eclesiástica no escatima esfuerzos en deslegitimar la píldora, por medio de más mentiras y exageraciones.
El mejor ejemplo de esto son las palabras de Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima, quien ha calificado de "mentirosos y asesinos" a quienes defendemos lo que es un legítimo derecho de toda persona, el cual es tener control sobre su fertilidad mediante métodos anticonceptivos, tales como la píldora.
Textualmente del periódico digital Perú 21:
"Que un día antes, que sí un día después, ¡mentirosos!, ¡asesinos! La vida no se toca, la vida es sagrada", subrayó.
También pidió a los devotos del "Señor de los Milagros" que oren especialmente por "esas criaturas que esperan en el vientre de la madre".Por supuesto que no estoy dispuesto a asegurar que el arzobispo esté conscientemente mintiendo, en conocimiento de que la píldora NO es abortiva. Hay que tener en cuenta que los asesores "científicos" de la Iglesia Católica Romana son muy hábiles para llegar a supuestas evidencias a partir de conclusiones dogmáticas, y lían a cualquiera.
Pero el punto de mi reflexión no es ése. Más bien quisiera alegrarme de que en otras partes de la región se esté llevando a cabo este debate. Y, por supuesto, lamentar la actitud de la Iglesia Católica Romana a este respecto, que acá en Chile tildó de "totalitaria" una medida que es absolutamente necesaria para acudir en ayuda a los adolescentes provenientes de comunas populares, y mujeres pobres, y controlar lo que es una dramática realidad sanitaria y social; y que en Perú significó que quienes defendemos con ahínco lo que nos parece justo seamos acusados de ser mentirosos y, por si fuera poco, de homicidas.
El catolicismo condena la mentira. ¿Por qué no asumen, entonces, estas personas, que están en contra de la píldora a pesar de que es comprobadamente NO abortiva? Pareciera ser que, cuando se trata de imponer las creencias propias al resto, el fin justifica los medios...