Las gentes que continuamente van de medio en medio haciendo intrigas y mientiendo respecto a la anticoncepción hormonal de emergencia no dejan de sorprendernos. Esta gente ya no halla qué más hacer para continuar con su cruzada de la desinformación y el odio, para imponer sus criterios al resto de la población, violando flagrantemente la derecho de las personas a escoger lo que considera adecuado para su vida.
El
lobby antipíldora nos sorprende cada día. Han escrito libros, inventado “informes”, descubierto “evidencias”, hecho ataques de terrorismo contra el método científico, mentido, presionado, y hecho toda suerte de prácticas mafiosas con el propósito de extorsionar y convencer a la población de que la píldora es abortiva, que es ilegal, que es inmoral, y todas sus sandeces y habladurías.
Hoy, al entrar a mi
lector de noticias, he tenido una corroboración de la denuncia que hace pocas semanas hiciera un senador: los laboratorios que comercializan la píldora del día después
han sido objeto de amenazas y presiones de grupos fanáticos para persuadirlos de terminar con la distribución de la pastilla.
Abiertas campañas se han emprendido a este respecto. Un correo masivo con un llamado a boicotear los productos de un laboratorio ha sido propagado por la red, y en el último tiempo incluso se ha erigido una campaña virtual para pedirle al laboratorio Grünenthal que
¡le arrebate al Estado de Chile las dosis que ya compró!Estas iniciativas, promovidas por la ignorancia, el odio, y el descriterio, son abiertas amenazas para el sistema de libertades públicas que hemos adquirido como sociedad. Nuestra tranquilidad y la de nuestros hijos está en riesgo si nos quedamos de brazos cruzados ante las nuevas arremetidas de los más radicales detractores de los derechos humanos, como lo son estas organizaciones.